Mis amigos dicen que tengo un método prácticamente científico que garantiza acertar sí o sí con tu peinado el día de tu boda. Hombre, puede que sea “científico”, pero más que nada desde el punto de vista de la lógica. Porque la premisa principal cuando me enfrento al peinado de una novia tiene que ver mucho con el sentido común.
Estoy convencido de que Leonardo da Vinci no pintó La Gioconda en una mañana, el mismo día que conoció a la modelo. Seguro que dedicó algún tiempo a observarla, a descubrir su rostro poco a poco. No es ninguna tontería pensar que la invitó a pasear por su estudio a fin de decidir qué tipo de luz sacaba lo mejor de su expresión. Y está claro que en un momento dado le contó algunos chistes para hacer aparecer su sonrisa y se dijo: “¡Tate! ¡Esto es lo que estaba buscando!”
Y aunque aún no se haya encontrado ningún boceto de la Mona Lisa, no me extrañaría que estuvieran ocultos en algún recóndito lugar de Italia. Porque el sentido común invita al artista a hacer varias pruebas antes de dar por finalizada una obra de arte.
Esa es la base de mi método. Conocer exactamente lo que deseas… y probarlo antes del Día D. Antes del día de tu boda.
1. Vamos a conocernos
El primer paso de mi método es conocernos. Cómo no. Obviamente no me refiero a un simple saludo, a un “Hola, qué tal, soy Javier Jauregi”. “Hola, pues yo me caso y necesito un peinado”… No. Charlando contigo en profundidad sobre el tema, aquí descubro qué importancia le concedes al peinado en ese día tan importante. Averiguo si estás buscando un estilo clásico o moderno, si te gusta más largo o más corto, etc. Si tienes alguna referencia en fotos de lo que te gusta, por ejemplo.
En esta fase conozco cosas tan importantes como la que me sucedió en una ocasión (que se ha repetido después en distintas variantes): una chica me dijo que lo más importante del peinado para su boda era que se le vieran las orejas. Eso era imprescindible. La razón era que en la ceremonia de su boda iba a llevar unos pendientes que habían pertenecido a su bisabuela, luego a su abuela y después a su madre.
2. Lo ves, lo sientes
En función de nuestras charlas, de lo que yo he deducido que tú deseas, diseño un peinado específico para el día de tu boda. Quedamos un día y te peino, y en función de tus opiniones modificamos el peinado y realizamos las siguientes pruebas.
En total suelo hacer entre dos y tres pruebas. Así tú terminas por tener el peinado de novia que deseas, pero no solo eso: vas a experimentar, a sentir qué se siente al llevarlo. El objetivo es que, además de estar guapísima, estés cómoda y disfrutes el día a tope.
3. En tu propia casa
El día de tu boda me acercó a tu casa, o al hotel o al lugar donde te vistas para ir a casarte y te peino allí. Y ya está. ¡A disfrutar!
Ya ves, el método Javier Jauregi no tiene más misterio que el que te encuentres a gusto en todo momento: antes, durante y después del día de tu boda. Después de mis años de experiencia peinando a novias, tengo clarísimo que ese día no hay nadie más importante que tú.
Así, que, si te vas a casar, ponte en contacto conmigo y charlamos. Y si te apetece estar al tanto de las novedades y promociones de los productos y servicios Javier Jauregi, no dudes en suscribirte.